Esta investigación pretende indagar en la importancia de desprivatizar el dolor y las historias de violencia de las víctimas. Tiene como objetivo encontrar la humanidad en la imperfección del ser humano. El arte, en este contexto, cuenta con una potencialidad singular. Con mayor razón, si este arte es la representación de los ejercicios de resistencia creados por las propias víctimas en el post-conflicto, que no parten sólo de la racionalidad del sujeto moderno, sino que también reconocen las fisuras del ser humano e, incluso, su poder destructor.