La concepción que se tenía de las empresas como entes puramente económicos, se ha ido transformando a través del tiempo, dando lugar a una visión en la que los stakeholders juegan un papel importante a la hora de tomar una decisión. Se entiende por stakeholders a todos aquellos grupos de interés que influyen o son influidos por los resultados de una organización (accionistas, directivos, trabajadores, clientes, proveedores, agentes gubernamentales, sociedad) (Freeman, 2010). Una vez este enfoque es definido, se puede hablar de Responsabilidad Social Empresarial, que se refiere a cómo la empresa, por iniciativa propia y siendo un poco más proactiva, invierte en la sociedad de forma cuidadosa, con planeación previa, con el fin de solucionar problemas y falencias que se hayan identificado con el tiempo. Así, en el marco de la RSE, es importante analizar la racionalidad y cómo esta influye sobre los seres humanos para que puedan tomar decisiones éticamente responsables que beneficien a todos los grupos de interés.