El presente trabajo constituye una lectura interpretativa sobre el pensamiento de Claude Lefort. Es un ejercicio de construcción de una lección sobre lo político. Lección que intentará, para los lectores, así como lo hizo nuestro autor con nosotros, poner en evidencia los aspectos fundamentales de una postura diferente sobre la comprensión de la política, que puede ser escuchada en una lectura que precisa abandonar las dicotómicas separaciones entre quien escribe y quien lee, para en el texto y por él, instituir un intercambio de experiencias manifiestas en la gramática del trabajo que presentamos a continuación.
Si tuviéramos que referirnos a Lefort diríamos, con los riesgos que siempre acarrea una definición, que él es un maestro-escritor. Maestro en su vocación por la enseñanza y la parte de su vida que, en buena parte influenciado por la fenomenología de su guía y amigo Merleau-Ponty, dedicó a estudiar o mejor dicho a repensar los fenómenos políticos y sociales que, por cuestiones del azar, acontecieron en su época o aquellos que, ya sin tener una “correspondencia” temporal, eran fundamentales para entender la naturaleza política de la Modernidad; de la sociedad moderna que al contemplar de su mirada y al sentir de su experiencia se volvía incierta.
Como escritor, Lefort impulsó un arte. Aquel que por la pluma dibuja el universo simbólico en el que se instituye el mundo de la vida donde un autor aparece y en el cual actúa con su pensamiento, como una manera de sentirse parte del mismo. El arte de escribir lefortiano conjugó su adicción por la literatura y su pasión por la filosofía, en procura de ir más allá de lo establecido, visibilizar la dimensión oculta del Ser por la conciencia que resguarda la literalidad de las palabras. Su arte es un arte de lo político, que se vuelve sensible a la luz del sentido que todo texto esconde y que la voluntad de saber añora comprender.
Para entender lo político en Lefort, apoyándonos en Merleau-Ponty, diremos que él encarna y como cuerpo participa de un momento