La enseñanza del derecho se ha caracterizado por el predominio de las asignaturas teóricas sobre las prácticas. Debido a la concepción positivista y formalista del derecho y ha dejado de lado la investigación jurídica y sociojurídica
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y con ello la necesidad de que esta permee la formación práctica de los estudiantes de derecho.
Esta visión tradicional del derecho ha impedido la relación entre la investigación sociojurídica y los servicios legales, dirigiéndose solamente al estudio de la aplicación de la norma positiva para la solución de casos reales concretos, obviando la investigación sobre los cambios sociales y la necesidad de pensar el derecho desde perspectivas menos neutrales que permitan el estudio de los problemas de acceso a la justicia y reformas legales a favor de grupos menos favorecidos.