Varios filósofos han destacado que en la medida en que el hombre
fue en Occidente desenvolviendo un mayor caudal de actividades, al
llegar a cierta madurez que se manifiesta al finalizar la Edad Media,
empezó a tomar conciencia paulatina del papel decisivo que desarrolla
el ser humano, de su concepto, y de las esperanzas y expectativas que
se tienen en él.