A partir del reconocimiento de que el clima está cambiando, se
ha incrementado la preocupación por el efecto de los cambios
climáticos en la salud humana (ipcc, 2001), especialmente a partir de la
ola de calor que azotó a Europa durante el año 2003, que puso de
maniiesto la vulnerabilidad de las poblaciones al calor extremo y lo
poco preparado que estaba el sector salud para enfrentar una crisis
sanitaria producto de los cambios climáticos globales.