dc.description.abstract | Una de las razones históricas que, con más asiduidad, se ha esbozado para caracterizar
a los Centros Históricos, ha sido la insistencia en concebirlos como áreas
delimitadas, estrechamente constreñidas e identificadas con un fragmento de la
ciudad que se aísla y distancia del resto del artefacto urbano al que, necesariamente,
pertenece. Imposición de límites, de fronteras injustificadas, que, al final,
es lo que ha impulsado y hecho realidad gran parte de los problemas que han
asistido a estos lugares, sobre todo desde aquellos momentos históricos mitad
del siglo XIX en los que se comenzó a tener conciencia de la singularidad de
estos ámbitos, de su disponibilidad, en una palabra, para acoger actividades y
contenidos sociológicos específicos en el marco del nuevo modelo urbano; la ciudad
burguesa-capitalista que se estaba, por aquella época, pensando, proyectando
y construyendo. | |