El ritual de la lectura dominical de los periódicos pasa por los semanarios y las publicaciones que se
editan quincenal o mensualmente. A diferencia de los neuróticos monitoreos de “entre semana”, donde
se roba un trozo de atención a las actividades laborales o domésticas, el domingo combato la tiricia
vespertina con una mesa llena de publicaciones y una taza de café que tomaré sin angustia ni los
sobresaltos del reloj que indica que hay que ir a lo que sigue…