Insistir en el regocijo de la letra impresa. Acudir todos los días al puesto de periódicos de doña Margarita Alcalá y recibir, además de su sonrisa, las principales publicaciones de prestigio con las noticias y opiniones más destacadas. Revisar y recorrer, en la medida del trajín cotidiano, los periódicos y revistas infaltables en la mesa de los adictos al buen periodismo.