dc.description.abstract | Nuestro país vive una grave crisis de inseguridad y violencia de unos años a la fecha.
Esta crisis ha afectado a todos los ciudadanos, hombres y mujeres, adultos mayores,
jóvenes y niños, particularmente a poblaciones marginadas y vulnerables.
La violencia y la inseguridad son resultado de la mezcla de la acción criminal
con mecanismos de control de la misma introducidos por el Estado. La estrategia de
combate al crimen ha tenido un enfoque reactivo-represivo, en el que al fenómeno
delictivo se le enfrenta de manera casi exclusiva con el uso de la fuerza. Esta estrategia,
que carece de objetivos claros, de mecanismos públicos y consensuados de evaluación,
ha propiciado la comisión de graves violaciones a los derechos humanos y provocado
una mayor violencia de la delincuencia organizada en contra de la población civil.
Las consecuencias son desoladoras: casi 60 mil muertos, miles de desaparecidos y
decenas de miles de personas desplazadas de su lugar de residencia, sin haber obtenido
resultados signiicativos en términos de control de drogas, violencia y crimen organizado.
El enfoque represivo, además, no ha contribuido a resolver las causas de fondo
de los consumos ilegales y de la violencia. | |