La época que nos ha tocado vivir no es una época cualquiera. Como
especie estamos ante la posibilidad de la propia desaparición por la acción
humana. Además de la intensa producción de armas en el mundo,
el hombre enfrenta hoy una fuerza mayor: la de la naturaleza. El Panel
Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC por sussiglas en inglés),
organizado por Naciones Unidas en París, ha concluido en 2007 que el
calentamiento del planeta y el aumento del nivel del mar como consecuencia
de éste, es la secuela del uso intensivo de combustibles que
causan la emisión de gases de efecto invernadero. La amenaza es seria.
De no tomar medidas para reducir la contaminación de la atmósfera, la
temperatura podría aumentar en los próximos años hasta 6.4 por ciento,
provocando olas de calor severas, ciclones tropicales, tifones, sequías e
incluso la desaparición de superficies terrestres, sobre todo en las zonas
costeras.