La espiritualidad ignaciana para el bien vivir y el bien morir. Algunas reflexiones a partir de las preparaciones para la muerte
Description
Sara Gabriela Baz Sánchez. Licenciada en Historia del Arte y maestra en Estudios de Arte por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México; maestra en Historiografía de México por la Universidad Autónoma Metropolitana y doctora en Historia por El Colegio de México. A partir de 1999 se ha desempeñado como docente, investigadora, documentadora y coordinadora de más de 30 exposiciones nacionales e internacionales. Su experiencia en museos se remonta a ese año, cuando se incorporó al área de Investigación del Museo Nacional del Virreinato (INAH). Entre 2007- 2015 fue subdirectora de exhibición, subdirectora técnica y subdirectora académica en el Museo Nacional de Arte (Instituto Nacional de Bellas Artes). Fue becaria del Conacyt de 2002-2004 y de 2005-2008. Obtuvo el Premio Edmundo O’Gorman a la mejor tesis de maestría, en el marco de los Premios Nacionales INAH (2005). Ha impartido cursos en el Departamento de Historia y en el Diplomado de Estudios de Arte, coordinado por la Dirección de Educación Continua de la Universidad Iberoamericana, así como cursos de Curaduría y Gestión en el Diplomado en Museos de la Academia de San Carlos (UNAM). De 2015 a 2016 fue directora del Museo Nacional del Virreinato (INAH) y de 2016 a 2018, directora del Museo Nacional de Arte (INBA). Actualmente es profesora de tiempo completo en el Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, con líneas de investigación en la historiografía y la emblemática.De ahí a otros cuatro meses que él estaba ya en una casilla, fuera del hospital, viene un día un alguacil a su puerta, y le llama y dice: “Veníos un poco conmigo”. Y dejándole en la cárcel, les dice: “No salgáis de aquí hasta que os sea ordenado otra cosa”. Esto era un tiempo de verano, y él no estaba estrecho, y así venían muchos a visitarle; y hacía lo mismo que libre, de hacer doctrina y dar ejercicios. No quiso nunca tomar abogado ni procurador, aunque muchos se ofrecían. Acuérdese especialmente de doña Teresa de Cárdenas, la cual le envió a visitar y le hizo muchas veces ofertas de sacarle de allí: mas no aceptó nada, diciendo siempre: “Aquel por cuyo amor aquí entré, me sacará, si fuere servido de ello”. Ignacio de Loyola. Entre los siglos XV y XIX el mundo católico occidental desarrolló diversos dispositivos que permitían preparar el alma para la muerte. Los artes moriendi (ars moriendi en singular) comenzaron a circular en el siglo XV; eran opúsculos breves, acompañados de algunas imágenes, cuyo objetivo principal era prevenir al moribundo acerca de cinco tentaciones diabólicas.