En el presente artículo se analizarán diversas publicaciones que nos ayudarán a dimensionar el impacto educativo que se ha generado por la actual pandemia de COVID-19. Las competencias educativas de los docentes y de los alumnos necesitan fortalecerse para generar una educación de mayor calidad en los diferentes escenarios virtuales. Las cifras de estudiantes afectados por falta de elementos para continuar con sus estudios en la modalidad en línea han generado un entorno de rezago y desigualdad que como sociedad y gobierno debemos atender, pero este proceso de asimilar la problemática, vivirla y buscar soluciones no corresponde solo a la figura del docente sino también al alumno el cual debe generar mayores habilidades y compromisos que lo lleven a complementar esta forma de estudios con aprendizaje autónomo. Analizaremos también la transición que hemos tenido de la educación tradicional hacia los entornos virtuales y la necesidad de la adecuación de planes y programas de estudio por parte de nuestras autoridades educativas así como reforzar la capacitación integral de los docentes para impartir clases no solo en el aula física sino también de forma virtual sumergiéndose en el uso de las diferentes herramientas digitales didácticas que
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existen para que la calidad de la educación tenga los mismos resultados que la modalidad presencial. Este panorama nos hace analizar también que no todas las poblaciones tienen acceso a los servicios y equipos necesarios para la continuidad de sus estudios desde casa y se deben establecer estrategias que favorezcan la creación de planes alternativos que pongan en un panorama de igualdad a toda la comunidad educativa sin distinciones por cuestiones de carácter geográficas o económicas. Este escenario pandémico nos ha hecho crecer como estudiantes y como docentes, pero también nos ha hecho ver nuestras áreas de oportunidad y los esfuerzos de sociedad y gobierno deben ir encaminados al logro y crecimiento para una educación de vanguardia.