Los pobres, la sexta llaga de Jesús
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La pobreza desde las Sagradas Escrituras tiene dos concepciones: la pobreza de espíritu, que hace referencia al siervo sufriente, al siervo de Dios; la pobreza en referencia a las carencias materiales, económicas, políticas y sociales; que es consecuencia de las injusticias sociales, fruto del egoísmo, de la ambición y el afán de tener de algunos. Dios llama y exige reconocer la dignidad de los pobres; la cual ha sido atropellada, esto no es querido por El, y debe ser transformada. Existe una estrecha relación entre Dios y los pobres, desde la tradición bíblica, en el Antiguo Testamento se ve la predilección de Dios a favor de ellos, Él se vuelve un incansable acompañante de los pobres y los conduce a través de la historia para encontrar su liberación de todo aquello que causa su pobreza. Es el Dios que escucha los clamores y se acerca a ellos por misericordia y al mismo tiempo pide una transformación hacia ellos. La Iglesia a partir de una seria reflexión a la luz del evangelio de Jesucristo, da testimonio de la opción de Jesús por los pobres; ha ido retomando su papel de darle continuidad a ese proyecto de Jesús como manifestación de ese Reino que Él vino a implantar. Así mismo ha ayudado a que los pobres se constituyan centro del mensaje y la práctica de Jesús a quienes llevo consigo a la cruzTesis de Grado
Tesis Licenciatura (Teología) URL, Facultad de Teología