dc.description | Nadie nace siendo ya un santo, como algunos suelen pensar. Es necesario realizar un camino de purificación interior y exterior para llegar a la santidad y, el Hno. Rafael, no es la excepción, tuvo que esforzarse mucho para mantenerse fiel al llamado que Dios le hizo. En su camino de búsqueda, hay muchos factores que influyen: el ambiente familiar, la vivencia de los sacramentos, la capacidad de observar y admirar la naturaleza, la capacidad de desprendimiento de las cosas materiales que tenía y la correspondencia que siempre mantuvo. Sin embargo, lo más importante en la vida del Hermano Rafael, no es sólo su camino de búsqueda de Dios, sino, el encuentro mismo con Él. Y por eso, Rafael, piensa que el encuentro con Dios es una experiencia que todo corazón inquieto y deseoso de acercarse a Él lo puede conseguir. Esto no es un “patrimonio de almas privilegiadas”, como él mismo lo suele decir. Es algo a lo que todos podemos aspirar. Sólo hay que tener en cuenta que, a Dios no le encontramos “en los hombres y en su cariño, tampoco en las cosas materiales y en el mundo…, no; tampoco se le encuentra buscando bienestar y sosiego | |