dc.description | Una de las primeras necesidades de todo ser humano es la de sentirse aceptado, querido, acogido, perteneciente a algo y a alguien, sentimientos estos en los que se basa la autoestima. La autoestima consiste en saberse capaz, sentirse útil, considerarse digno. Por lo tanto no puede haber autoestima si el individuo percibe que los demás prescinden de él. El autoconcepto favorece el sentido de la propia identidad, constituye un marco de referencia desde el que interpreta la realidad extrema y las propias experiencias, influye el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación contribuye a la salud y al equilibrio psíquico. La Tercera Edad es tiempo de plenitud. No es el final, sino la continuación de la vida. La tercera edad, como todas las edades del hombre, debe vivirse con los pies en la tierra, el corazón en la mano y los ojos en el cielo. Este estudio se realizó con 30 personas de la tercera edad del Asilo “San José” de Quetzaltenango, se empleo como instrumento de evaluación la prueba psicométrica “Cuestionario de Adaptación de H. M. BELL, que permite obtener cuatro medidas distintas de adaptación personal y social –y una quinta en la forma especial para adultos. Se logró establecer que una buena terapia puede ayudar a las personas de la tercera edad a encontrarle de nuevo el sentido de a la vida, poder desarrollarse y adaptarse mejor con los demás para lograr una autoestima adecuada. Se recomienda realizar actividades que ayuden a las personas de la tercera edad a elevar su autoestima y así poder sentirse plenos en todo lo que realicen. | |