| dc.description | La Evangelización se ha dado en América Latina desde hace cinco siglos, desde el momento de su descubrimiento. Ahora se habla de Nueva Evangelización porque, a diferencia de épocas anteriores, se da énfasis en sus aspectos de metodología, ardor y expresión, propuesto de forma explícita por San Juan Pablo II en Haití (1983). El fenómeno de la globalización representa un gran reto para los países latinoamericanos debido a que violenta la cultura de sus pueblos, cada uno con su propia idiosincrasia, debiendo luchar por orientar a cada generación de la mejor forma posible. La Iglesia debe de ser luz en medio de todas las realidades existentes, anunciando a Jesús y el Reino de Dios de forma íntegra, sin olvidar que es la razón de su existir. Se necesita una Iglesia que, segura de sí misma, renovada, como lo propuso el Vaticano II, salga al encuentro de los hombres y mujeres de nuestro tiempo para responder a sus inquietudes, sin olvidar que tiene características propias que la hacen única y a las cuales no puede renunciar. Fundamental el acompañamiento de la jerarquía de la Iglesia, la formación de los laicos y la vivencia de los sacramentos en el proceso de Evangelización, que dejando de presentar la Iglesia como “modelo de sociedad perfecta”, se haga una con cada cultura, realizando un verdadero proceso de inculturación de los valores del Reino. Llegando a ser, la Iglesia, levadura en medio de los procesos de transformación que vive cada pueblo y cada persona | |
