dc.description | Parto de la experiencia de los “Discípulos de Emaús”, como camino-proceso de vida, para que las personas vivan una experiencia Fundante de Jesucristo Vivo y Actuante y de esta manera El sea desde ese momento el Centro y Señor de sus vidas, realizándose un cambio y una transformación en su realidad, en su existencia y en su historia. Pero, como sucedió a los “Discípulos de Emaús”, nosotros y nosotras también somos personas frágiles y vulnerables que no entendemos. Y así como ellos fueron seguidores del Jesús Terreno y pusieron sus esperanzas en El, hasta que el escándalo de la Cruz, los hizo volver a la realidad y a descubrir y sentir que allí terminaba todo y regresar tristes, desalentados y sin ilusión. Sin embargo, no había terminado todo y Jesucristo les sale al encuentro, se acerca a ellos, no les reclama nada, les ayuda a comprender porque tenía que morir y les acompaña. En este acompañar, ellos le ofrecen su hospitalidad, fraternidad y lo invitan a quedarse con ellos. Al partir el pan, ellos le reconocen, pero El desaparece de su vista ( la concepción que ellos tenían) y “se les abren los ojos y se dicen “ no ardían nuestros corazones”. Se levantan de prisa, con alegría y se dirigen a sus hermanos y hermanas de comunidad para anunciarles que Jesucristo ha Resucitado y está Vivo | |