| dc.description | Actualmente, el consumo de carne porcina se encuentra en tercer lugar, después de la carne bovina y aviar, y su demanda no está totalmente satisfecha, por lo que se prevee que la producción porcina mantendrá una tendencia creciente a nivel nacional. Ante esta situación, se hace necesario proponer métodos para el manejo de los desechos de la operación. Las externalidades más serias de la producción porcina son la contaminación del agua por la limpieza de las pocilgas y la del aire por los malos olores producidos por los más de 40 gases generados por el estiércol y la orina del cerdo. No obstante, éste es un problema de considerables dimensiones en la medida que aumenta la producción. La búsqueda de su solución está en relación directa con el grado de conciencia del productor sobre la importancia de protección de los recursos naturales. Los costos de un manejo adecuado de los desechos pudieran ser un factor que encarezca la producción porcina. Sin embargo, la preservación de los recursos no debería ni siquiera tener que regularse, debería ser más bien, una convicción de los productores. El estiércol porcino o cerdaza contiene nutrientes fertilizantes que pueden utilizarse como suplemento nutritivo en la producción agrícola, además de contribuir a mejorar las condiciones químicas, físicas y biológicas del suelo, si se degrada o descompone hasta convertirlo en materia orgánica (humus). Para tal efecto, se probó la efectividad de un activador enzimático, formulado por Cytozyme Laboratories, Inc., conocido como “Digestor de Rastrojo”. Éste se utilizó para degradación de la cerdaza, en la granja porcícola “El Cafetal”, ubicada en San Raymundo, Guatemala. | |
