Las sanciones, bloqueos y guerras económicas impuestas principalmente por los Estados Unidos a países que no implementan las políticas afines a EE.UU. y al FMI, no son nuevas y representan la acción previa, que tiene como finalidad crear un clima de alarma económica y descontento social al privar de productos básicos a la población; un caldo de cultivo social ideal para la intervención militar, mejor conocidos como golpes de estado. Esta estrategia funcionó en la segunda mitad del siglo pasado en Latinoamérica, pero en el caso de Rusia, se preparó para estos embates desde hace décadas.