dc.description.abstract | La covid-19 transparentó las graves carencias y debilidades de nuestros sistemas educativos, que estuvieron más ocupados y preocupados por cumplir objetivos cuantitativos, como el acceso y la cobertura, que cualitativos, como la calidad, la inclusión y la equidad. En consecuencia, Renato Opertti defiende y argumenta en su texto una radical y profunda transformación educativa, alineada con lo que se acordó en la Cumbre de Naciones Unidas en septiembre de 2022, superando algo que hemos conversado en repetidas ocasiones, como son las reformas educativas coyunturales que con frecuencia han tenido limitado impacto por obedecer a criterios políticos de corto alcance o a intenciones meramente estéticas.
Una transformación educativa que, como expone el autor, debe enmarcarse en los desafíos que exige la cuarta revolución industrial y en unos modelos curriculares que sean producto de interrelaciones con diferentes dimensiones. Otro eje de la transformación educativa es la inclusión, asignatura pendiente de anteriores reformas que, si no perpetuaron exclusiones, al menos apenas las aminoraron y, lo que es más grave, a ese problema se suman la llamada brecha digital y el incierto mundo de la inteligencia artificial, siempre considerando que la digitalización de la educación y su gobernanza, así como los modelos híbridos, son una apuesta clara de cambio y mejora educativa. Por último, un aspecto clave es contar con más y mejor inversión; recuperar la pérdida que se ha producido en los últimos años y hacer que sea más eficaz y eficiente para dar cumplimiento a la ya clásica propuesta de la Cepal: no solo hay que invertir más, sino también, hay que invertir mejor. | es |