El tronco del palo borracho recuerda, por su curvatura, a una damajuana de vino. Tal vez de allí le viene el nombre, o del hecho de que los indios del norte de Argentina y Paraguay ahuecaran la parte más abombada del tronco para fermentar frutos que se convertían en bebidas alegres. Para los estudiosos de la botánica, de esta última teoría provienen los argumentos más serios que explican su singular nombre.