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En la actualidad, los hospitales pediátricos enfrentan un desafío significativo: cómo proporcionar
un entorno de atención médica que no solo sea eficiente en términos clínicos, sino que también
tenga en cuenta las necesidades emocionales y psicológicas de sus pacientes para el desarrollo y
mejoramiento de su enfermedad.
En Colombia, existe una falta de cobertura de hospitales para tratar el cáncer infantil, según el
ranking de la Asociación de Empresas Gestoras del Aseguramiento en Salud en Colombia
(GESTARSALUD), de los diez mejores hospitales para tratar el cáncer en el país únicamente dos
de ellos están dirigidos a atender esta enfermedad en la infancia: El Hospital de la Misericordia
en Bogotá y el Hospital Pablo Tobón Uribe en Medellín. Sin embargo, a través del estudio de
estos dos se encontró que ninguno está dotado para cubrir en su totalidad las necesidades del
paciente ya que según Ana María Ullán, psicóloga especializada en los procesos de
hospitalización pediátrica “los entornos hospitalarios deben incorporar un cuidado particular con
los procesos psicosociales para el mejoramiento de la enfermedad misma” y si bien estos dos
hospitales cuentan con el equipo médico requerido durante el tratamiento, carecen de espacios
pensados para el confort físico y psicológico del usuario y las demandas que este grupo solicita.
Según el libro “Humanización del hospital pediátrico. Perspectiva psicosocial” un hospital como
espacio de salud debe considerar las repercusiones emocionales y comportamentales desde la
experiencia del niño en este espacio y lo que esto significa en su infancia: miedo a separarse de
su familia, miedo a estar sometido a procedimientos dolorosos, frustración por no poder jugar,
crecer en un lugar ajeno y desconocido, entre otros; y por otra parte, pensar en el impacto que
esta enfermedad puede tener en sus familiares o acompañantes: abandono de sus trabajos para
dedicar tiempo al cuidado del niño, desplazamiento a ciudades principales para el debido
tratamiento de la enfermedad, necesidad de conseguir una nueva vivienda debido a la ubicación
de los centros de tratamiento, altos costos en gastos médicos, cambio en la alimentación de los
niños, por ende, incremento en los costos, etcétera.
De esta manera y a partir de la problemática encontrada, nace la idea de desarrollar el Hospital
Cultural para niños y sus cuidadores, un equipamiento pensado para responder las necesidades
del usuario bajo la primicia de ¿Qué significa el hospital para un niño?.
Este trabajo de grado busca implementar el concepto de arquitectura para sanar desdibujando la
imagen del hospital tradicional para comenzar a integrar mediante la unión del arte y la ciencia el
concepto de diseño curativo. Es por esto, que dentro del programa del equipamiento nace una
nueva rama ligada al ocio y la cultura, rompiendo así el paradigma del centro de salud
convencional regido bajo las especialidades médicas clásicas. De esta manera, surge un espacio
pensado para que el paciente desarrolle su infancia de manera normal en vez de crecer en un
lugar donde se sienta confinado por las restricciones de un entorno médico.
En resumen, mediante esta tesis se plantea un proyecto que se conforma a partir de la experiencia
del niño, mezclando conceptos como el juego, la cultura y la naturaleza como una especialidad
que va a generar herramientas de alcance psicológico y así mismo va a apoyar al proceso de
recuperación del niño.