dc.description.abstract | El miedo es una emoción que todos conocemos. Nadie se salva de experimentarlo. Sin embargo, no todos lo experimentan igual. El miedo abarca diferentes dimensiones cognitivas y afectivas que producen una reacción diferente en cada persona, también dependiendo del contexto en el que se encuentre. El comportamiento del miedo y de las emociones en general
proporciona todo un abanico de posibilidades para crear historias audiovisuales. Y es que la emocionalidad es uno de los pilares fundamentales en la construcción de personajes, y puede ser una herramienta muy útil analizar cómo funcionan las emociones y cómo inciden en la relación que tenemos con nosotros mismos y con nuestro entorno.
En el caso del miedo, es un recurso narrativo muy bien consolidado en la industria cinematográfica, con el género de terror. Aunque el miedo va mucho más allá de las representaciones ficticias que acostumbramos a ver en las películas de terror. Siendo una experiencia cotidiana, puede llegar al espectador a través de una historia más verosímil, pero que también tenga esos giros inesperados que capturan su atención. Esta es una apuesta que ha impulsado el género de thriller, caracterizado principalmente por su capacidad de generar suspenso, es decir, una constante sensación de tensión a raíz de la incertidumbre sobre lo que se sabe y no se sabe de la historia.
El thriller ofrece las herramientas adecuadas para la creación de un personaje capaz de conectar con el público por su naturaleza, personalidad y la generación de situaciones tensionantes a partir del miedo. Es por eso que la presente investigación busca proponer una historia enmarcada en el género de thriller cuyo eje central es el miedo, el miedo humano. A través de un personaje que ilustra la manipulación del miedo, al punto de cometer actos fuera de lo racional. | spa |