Lo que más recuerdo de Ottico es que me hacía cosquillas en el dedo índice con su bigote. A Sello Negro (su caballo) y verlo siempre con un tanque de oxígeno verde al lado de su cama. Tres años, 11 meses y 28 días, definitivamente no fueron suficientes para conocer al personaje que todos me cuentan que fue. Para mí siempre ha sido y será, simplemente, mi abuelo o como mi papá dice, mi ángel de la guarda.