El presente artículo tiene por objetivo el análisis de la figura del extranjero en la Argentina del Centenario a partir de la producción intelectual de Ricardo Rojas. Se presenta el problema de la configuración de la identidad nacional y del Estado-nación a partir de la figura del “otro”. El mito del “crisol de razas” en la obra de Rojas funciona como una estrategia de inclusión-exclusión del inmigrante. Por un lado, el extranjero en sentido político aparece como un “enemigo imprevisto”; por otro, aparece su posibilidad de asimilación cultural para la formación de una nueva raza argentina. Este trabajo intenta mostrar el clima de época de la emergencia del “nacionalismo cultural” y la democracia a principios del siglo XX en la Argentina.