A partir de la visión de Kant, expongo cómo debemos comportarnos con los animales en los
diferentes ámbitos en que nos relacionamos con ellos, con el fin de establecer las acciones
moralmente correctas y moralmente inadecuadas. La tesis que defiendo es que el buen trato
animal hace parte fundamental de la búsqueda del cumplimiento del deber del hombre consigo
mismo, la propia perfección. Deber que hace parte de la doctrina de la virtud, a saber, la
felicidad ajena. Que revela el significado de la humanidad en la propia persona, y por tanto
también en la persona de otros.
Además, propongo que la teoría kantiana respecto de las acciones que debemos tener
en relación con los animales, podría ser tenida en cuenta en nuestra sociedad actual, en las
normas que regulan nuestra interacción con estos seres, para que los derechos de los animales
por los que se aboga hoy en día tuvieran un mejor fundamento moral, que permitiera a todo
ser racional cumplir las normas legales que los cobijan, no solo por coacción externa, sino
teniendo como base una legislación interna, tal y como sucede en los derechos humanos, los
cuales pueden ser objeto de legislación externa pero se encuentran bajo el imperativo de la
humanidad como fin en sí mismo, permitiendo que no se trasgreda la dignidad del otro en el
cumplimiento de la normatividad.