Description
La religión tiene sentido en la sociedad actual en la medida en que se erige como gran reserva utópica que estimula en los creyentes una praxis que contribuye a dar sentido a la historia, a partir de experiencias liberadoras del hombre (Habermas, 1984: 33). La religión cristiana –y con ella, la Iglesia– tiene que ser misionera y servidora de la humanidad, porque la misión que ha recibido es la de proclamar el Evangelio e impregnar la historia de los valores evangélicos en la línea de construir en forma germinal el Reino de Dios. Para la realización de este proyecto es necesario que la apertura al diálogo, a partir de un nuevo paradigma, le permita comprender la realidad y actuar responsablemente en favor de los más necesitados, no como seres abstractos, sino como seres con rostros de pobres y oprimidos.