Del amor líquido a la alegría del amor. Aportes desde el Papa Francisco y Zygmunt Bauman

Abstract

El objetivo de esta investigación es dar cuenta de los resultados de la investigación teológica que se propuso entender la situación de las familias en la actualidad desde la categoría de lo líquido; así como la actitud de la iglesia, algunos clérigos y laicos, frente a esta realidad y los desafíos de la iglesia doméstica expuesta a la inestabilidad del compromiso. El contexto inmediato en donde se ubica este trabajo es plural y complejo: no hay una última palabra de la teología, la sociología, la psicología o la filosofía sobre la realidad de las familias y las relaciones de pareja y, sin embargo, todavía algunos sectores de la iglesia católica, por no mencionar otros escenarios institucionales defienden la visión tradicional de familia sedimentada en el imaginario colectivo social religioso, cuya fuerza reclama validez y legitimación universal, al querer amoldar a todos los hogares bajo un supuesto ideal objetivo. Se desconoce, desde esta postura, los nuevos perfiles de conformación doméstica, muchos de ellos desligados del ideal tradicional de familia cristiana. Las expresiones el amor líquido y la alegría del amor son dos metáforas que describen la realidad de las familias en la actualidad. La primera quiere representar la inestabilidad de las relaciones, la huida al compromiso y el rechazo a la crisis tanto en las relaciones de pareja, como al interior del hogar. La segunda apunta a descubrir, desde una hermenéutica evangélica de la vida, el gozo y la alegría de vivir en Cristo y su mensaje liberador que dignifica y acompaña las múltiples realidades de las familias en la época actual. De ahí que pasar del amor líquido a la alegría del amor, como lo sugiere el título de esta investigación, no sea otra cosa que aventurarnos a una vida cristiana que supera el legalismo del mero cumplimiento a vivir la exigencia responsable del amor. Todo esto, en últimas, nos llevará por senderos de renovación eclesial en la paulatina y creciente tarea de ser testigos de Jesucristo, fuente del más vivo amor y de la alegría más profunda.