La tesis que intento establecer en este trabajo es que la crítica de Popper a la justificación teórica del historicismo está fundada en definitiva en una decisión de carácter moral. Según Popper, la pretensión del historicismo de haber capturado de una vez y para siempre la clave del devenir histórico ha servido de apoyo a distintos proyectos de ingeniería holística o utópica, cuyo resultado práctico ha sido el sacrificio de muchos hombres y mujeres en nombre de un ideal de sociedad con claro contenido utópico y, por lo tanto, probablemente no realizable. Popper se propone demostrar que esta pretensión, especialmente por sus consecuencias morales, no se encuentra justificada y que, además, no es justificable de ningún modo a partir de las condiciones propias del saber científico. La estrategia metodológica de Popper en este punto consiste en establecer cuál es el alcance del saber histórico y, conforme a ello, a qué tipo de conclusiones se puede seriamente comprometer. Esto significa, en otros términos, precisar cuál es el estatuto epistemológico de la historia y qué información puede razonablemente proporcionar para justificar decisiones políticas.