Toda historia, y en particular toda historia breve, es parcial. Esta resulta tan limitada como la experiencia de quien la escribe, que, por cierto, no quiere ser, acepta no ser y aspira no ser la experiencia de la mayoría de los editores. Esta historia, sin embargo, quiere aportar a la discusión del problema que supone la imposición de hacer visible la investigación en una lucha siempre desigual por acceder a las cimas de la citación en los índices —la circunstancia actual—, o por producir revistas científicas que cumplan los requisitos siempre caprichosos de “la calidad” —como había venido siendo—.