Este trabajo de investigación busca mostrar que una disposición etológico-fenomenológica frente al otro-animal establece límites y posibilidades para las posiciones más inflexibles, primero, de la filosofía trascendental, segundo, de la biología teórica de Uexküll, es decir, que una aproximación protoetológica de la fenomenología puede ser iluminada por un acercamiento fenomenológico al estudio del comportamiento de los animales, y viceversa. El vínculo entre etología y fenomenología es constituido por una exploración en la que la intencionalidad (Intentionalität) fenomenológica aparece como potencia formadora (Bildungstrieb) de organismos, comportamientos y mundos circundantes (Umwelt), que no puede ser comprendida del todo sin atender a su dimensión afectiva. Esto significa que la intencionalidad no constituye estructuras determinadas, sino procesos plásticos y dinámicos, capaces vehicular tanto la génesis del organismo como la de su mundo, siempre motivados por los afectos inplicitos toma de posición frente a los otros cuerpos. Se trata de entender la formación como un desarrollo epigenético, pues no encontramos ninguna forma (Gestalt) dada con anterioridad a la relación intencional entre onrganismo y mundo. Por el contrario, advertimos que la forma es un acontecimiento, el fruto de una potencia que va de lo general a lo particular, del caldo primigenio a la multiplicidad de especies e individuos, de las estructuras generales de la experiencia de una especie a la proliferación variopinta de perspectivas.