dc.description.abstract | Corría el año de 1888, cuando la trayectoria inesperada de un químico que había descrito con rigor las relaciones entre los microbios y la enfermedad y, en particular, su estruendoso éxito con la vacuna antirrábica, lograron que el gobierno francés expidiera una ley de suscripción o colecta universal para la construcción del instituto que llevaría su nombre. Se trataba, naturalmente, de Louis Pasteur (1822-1895). Este instituto pronto se convirtió en el eje de la nueva ciencia al recibir médicos e investigadores de todos los países que, luego, regresaban sistemáticamente a su patria con sus conocimientos y su microscopio a redescribir, estudiar y tratar enfermedades que antes eran incurables. La medicina microbiana y la microbiología médica se habían tomado el mundo de la salud, y el estudio de la etiopatogenia se establecería como la principal característica delas ciencias clínicas contemporáneas. | spa |