En el siglo XXI se ha creado una compleja red de problemas medioambientales globales que trascienden las fronteras nacionales y constituyen uno de los retos más apremiantes a los que se enfrenta el mundo. Si bien el liderazgo de Estados Unidos resultó crucial para abordar los problemas medioambientales a lo largo de la década de 1970, su papel como líder medioambiental ha cambiado desde entonces. Así, el 20 de enero de 2017, Donald Trump tomó posesión de su cargo, convirtiéndose en el 45º presidente de los Estados Unidos. Desde el inicio de su administración, se prometieron profundos cambios en torno a la política medioambiental, y el impacto fue inmediato tanto en el ámbito nacional como en el internacional. De hecho, el papel de liderazgo de Estados Unidos en la lucha contra los problemas medioambientales globales ha sido cuestionado durante mucho tiempo. Sin embargo, durante el mandato de Donald Trump se produjo una abdicación de la posición, con un cambio radical respecto a sus predecesores. La desregulación de las regulaciones ambientales, el desarrollo sin restricciones de los combustibles fósiles, la desestimación del consenso científico y el debilitamiento de las agencias científicas se normalizaron bajo la administración de Trump. Además, la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París marcó un retroceso en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. El presente estudio examina las decisiones y acciones adoptadas durante la presidencia de Donald Trump en materia de política medioambiental. Explora el porqué de dichas decisiones y el impacto que tuvieron en el liderazgo medioambiental de Estados Unidos. Me centraré en identificar la percepción del gobernante y las decisiones en materia de política interior y exterior que implican el rol mediante el uso de la teoría de roles. Por último, ofreceré conclusiones sobre el rol de Estados Unidos como líder en la acción medioambiental global bajo la presidencia de Trump y sus impactos globales en el liderazgo medioambiental de Estados Unidos.