El feminicidio como agravante o como delito autónomo ha sido un mecanismo de prevención general de los Estados argentino y colombiano, respectivamente, para cumplir los compromisos nacionales e internacionales para combatir la violencia letal basada en género contra las mujeres. No obstante, pese a los esfuerzos legislativos de ambos Estados, a la luz de algunos de los principales postulados del feminismo radical y el positivismo criminológico es posible evidenciar diferentes obstáculos que en el derecho penal general, especial y procesal permitirían afirmar que la simple inclusión de mecanismos como el feminicidio como agravante o como delito autónomo, por sí solos, no previenen la ocurrencia de este fenómeno social al momento de revisar las cifras.