En el presente Trabajo de Grado me propongo defender la tesis de que la fractura metabólica entre el ser humano, la naturaleza y la comunidad es la principal consecuencia de subordinar la apropiación real de la tierra (die Erde) a las dinámicas de expropiación, explotación y acumulación sobre las que se erige el modo capitalista de producción. Estas dinámicas dan lugar a la enajenación del valor de uso de la tierra en la forma de mercancía suelo (der Boden), permitiéndole a su propietario acaparar una porción de plusvalor social y otra de plusganancia con base natural a través de la renta de la tierra (die Grundrente).
Siguiendo a Marx, sostengo que la apropiación real de la tierra, en calidad de objeto general del trabajo humano, medio del trabajo humano y medio general del trabajo humano, solo puede ocurrir dentro de una forma de vida en la que su acceso directo propicia las condiciones para que el trabajo sea realizado de manera libre y consciente como una auténtica actividad vital. Esto significa que al despojar a un grupo humano de su territorio o restringirle la posibilidad de hacer uso de bienes comunes de los que depende su existencia, no solo se le convierte en un conjunto de proletarios forzados a vender el valor de uso de su fuerza de trabajo (MfT) a cambio de un salario, sino que también se asegura una cantidad sustancial de trabajo vivo para transformar el dinero en capital (D-M-D´), mientras se destruye la condición originaria de la producción material y la reproducción social.