Las elecciones presidenciales y los procesos electorales se han convertido en uno de los símbolos y eventos más importantes de las democracias contemporáneas, estableciéndolas a lo largo del tiempo como un proceso trascendental para los Estados y los ciudadanos. Sin embargo, la interconexión por el uso de las redes, los sistemas de información y la conexión masiva a internet ha llevado a que estos procesos, al igual que muchos en nuestra vida cotidiana, hayan surtido un camino de digitalización y traspaso de muchas actividades a medios virtuales. Es en este nuevo espacio, donde los ciberataques han sido usados como mecanismos desestabilizadores para alterar e incidir en las dinámicas de las elecciones políticas a nivel mundial.
En este orden de ideas, las elecciones presidenciales de Estados Unidos 2016 y Ucrania 2014 se pueden ver cómo dos grandes acontecimientos, donde se observa como los ciberataques sirvieron como un mecanismo de interferencia o influencia ejecutado por Rusia en su desarrollo. Además, teniendo en cuenta como como desde la luz de la teoría de las Relaciones Internacionales por medio de la interdependencia compleja, los postulados de ciberseguridad, el lugar de poder geopolítico y el contexto de poderes hegemónicos de los países involucrados lleva a un entramado de motivaciones y disputas en las dinámicas de poder dentro del sistema internacional en el siglo XXI.