El sacramento de la Confirmación se inserta en la dinámica de la Iniciación cristiana: el seguimiento de Jesús. En esta experiencia se celebra y se proyecta el sentido de la identidad y la misión del cristiano, es decir, ser discípulo y misionero de Jesús. La Confirmación puede ser, en esta perspectiva, una experiencia de discernimiento que lleva a cada creyente a abrirse al proyecto de Dios sobre su vida y la historia en la dinámica del Reino de Dios. Los jóvenes necesitan discernir su vida para edificar la comunidad y confirmar la proyección de la vida como seguimiento histórico y pneumático de Jesús. El discernimiento es una sabiduría del Espíritu que se logra a partir del conocimiento de la realidad, la oración y la libertad para vivir como Jesús en actitud de solidaridad y pro-existencia.