dc.description.abstract | En el municipio de Simití, Sur de Bolívar, más específicamente en el corregimiento de Monterrey, habita una comunidad que desde la década de los setentas ha sido testigo de una gran cantidad de confrontaciones armadas entre guerrillas, paramilitares y el mismo ejército, siendo la misma población la principal víctima de esta guerra. En el marco del conflicto, y sacando provecho de las condiciones familiares, culturales, económicas y contextuales de los niños, niñas y adolescentes de este y otros corregimientos cercanos, los actores armados reclutaron e hicieron uso de gran parte de este sector de la población para incrementar su pie de fuerza y aumentar su capacidad extractiva en cultivos ilícitos. La incorporación de los niños, niñas y adolescentes al conflicto armado, trajo consigo un incremento en todo tipo de violencias y abusos hacia ellos. Como respuesta a esta situación, Cecilia Córdoba decidió crear en el 2006 el Hogar Juvenil Internado Sol de Esperanza, donde se les ofreciera educación, protección, recreación, alimentación y salud como herramientas para salir adelante y, que de tal manera, los jóvenes no tuvieran la necesidad de buscar en los grupos armados, desde su inocencia y poca madurez, formación y ayuda para tener una supuesta vida mejor. Este estudio de caso recoge la experiencia del Hogar Juvenil y de quienes han tenido la oportunidad de pasar por sus instalaciones, reconociendo la importancia de las iniciativas de paz locales y analizándolas desde la construcción de paz, la cotidianidad y los entornos protectores. | spa |