Fue precisamente el clamor apasionado y urgente de los pobres el que empujó a lacompañía al decreto 4 de la Congregación Genera132. Este clamor se hizo oír en elgrito del P. Arrope ante los Antiguos Alumnos de la Compañía reunidos en Valencia,España (1973). «Si damos a la palabra <<justicia» ya la expresión «educar para lajusticia» todo el sentido que están tomando hoy en.la Iglesia, yo creo que debemosresponder con toda sinceridad y humildad: no, no os hemos educado para la justicia». Aquel discurso no cayó bien y el presidente de los Antiguos Alumnos dimitió. Pero había nacido la exigencia de ser hombres para los demás