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Al analizar, la moral del bien común, es pertinente ver ¿cuál es el aporte de la Teología moral social al problema de la desigualdad, y de la redistribución del ingreso en la economía de mercado?
Los postulados éticos de la ciencia económica moderna tienen al egoísmo como motor y fuente de la prosperidad económica, sin embargo, hacen un voto por ese egoísmo natural en toda la sociedad se articula en un interés por trabajar, producir vender libremente, en supuesto un lugar común donde todos son representados y tenidos en cuenta, llamado mercado.
La ciencia económica pretende servir a la humanidad como una ciencia social, pero los agentes económicos cada vez están más absorbidos por intereses relacionados con la eficiencia del mercado y el bien particular. La ciencia económica no da respuesta en nuestra actualidad a los sesgos del mercado, y a nadie parece importarle la excesiva concentración del ingreso.
Al tiempo que no se mitiga el hambre, el desempleo, y la falta de tenencia de tierra, vivienda o salud. Por lo que desde una concepción de la moral social teológica, se anima a vivir el llamado de Cristo. Para ello, la concepción cristiana de trinidad, ayuda a ver la sociedad como una comunidad en unión y comunicación. Donde todos debemos ayudar en el bien común.
En ese propósito el Papa Francisco en su magisterio, ofrece una enorme posibilidad al ver la casa común como un propósito de todos, con una ciencia económica al servicio del ser humano, que no está en función de idolatrar al dinero, ni de los puntos de equilibrio imperturbables y perfectos del mercado, sino al servicio de las personas, se trata de una Economía que se preocupa del bienestar, que interviene en los agentes, cuando es pertinente hacerlo.
Se propone por tanto, una economía social solidaria, en la que exista compromiso social donde el motor de la economía no sea el egoísmo, sino la suma de los ánimos, la asociación y los esfuerzos por compartir excedentes de producción. En esa Economía social solidaria, es necesario creer en el pobre, en su voluntad de trabajar, producir y pagar.