El extractivismo como proceso de saqueo irreparable de la naturaleza ha llegado a sus límites. El pensamiento animista amerindio, en especial amazónico, postula ontologías de la actividad vital colectiva que ofrecen alternativas a la ley del valor y a sus corolarios del productivismo y la acumulación infinita, consustanciales a la civilización moderno-capiltalista.