Este artículo analiza el uso estratégico actual de la memoria colectiva –entendida como la filosofía y enseñanza de los y las mayores– como práctica decolonial para recuperar, fortalecer, reposicionar y reconstruir la existencia como derecho ancestral. Como demuestran los autores, tal práctica se esfuerza para devolver la palabra, cuestionar el orden actual impuesto desde el Estado y actuar a contrapelo de la desterritorialización y la dispersión ancestral y sociocultural que amenazan la existencia como vida.