El desarrollo de este trabajo tiene el objetivo de promover el sacramento de la reconciliación, en el marco de una praxis pastoral que lo define como elemento que requiere el ser humano y necesita para vivir y realizar dentro de su experiencia de fe cristiana. Por esto, todos los bautizados necesitamos tomar plena conciencia y tener una profunda comprensión de la realidad de este sacramento. Un hecho que ha influido decisivamente en la preocupación de pastores y fieles por el sacramento de la reconciliación hoy en día, es el notable descenso de su práctica. La frecuencia de la confesión iba unida a una instrumentalización pastoral de este sacramento, que en general ha sido abandonado por muchos. Aunque el Concilio Vaticano II quiso renovar la reconciliación, y manifestó su preocupación por este sacramento sugiriendo una nueva relación entre confesor y penitente proponiendo nuevas formas de celebración, la reconciliación como sacramento no cumple a profundidad con su función reconciliadora y muy especialmente la de liberar al hombre de todo aquello que obstaculiza el amor misericordioso, mediante una constante acción de vencimiento del mal que impera en el corazón del ser humano.