La migración de población hacia los centros urbanos, debido a la falta de oportunidades en zonas rurales, ha llevado a estos lugares a una inequidad en la cual el conflicto es inevitable. La población que llega a los centros urbanos se asienta en las zonas periféricas y llega sin herramientas necesarias para integrarse de manera eficiente a la sociedad y en especial a la vida productiva. Además de esto, la presencia de migrantes aumenta la demanda de servicios en las ciudades, afectando directamente a la población receptora que ya vivía en estas zonas desde hace varios años. Para mejorar la calidad de vida en este contexto urbano, se necesita suplir la demanda de servicios y ofrecer alternativas de capacitación para que la población se haga menos dependiente de la asistencia social, la cual actualmente también es insuficiente y de esta forma reducir la vulnerabilidad que lleva al conflicto. Uno de los servicios que se requiere de carácter más urgente por parte de estas poblaciones, es el educativo, ya que la posibilidad de tener a los niños y jóvenes en la escuela permite un mayor grado de estabilidad y bienestar en la población. Además, la escuela se convierte en el elemento articulador entre la población y la sociedad que la acoge. El servicio educativo presenta unas condiciones especiales, ya que su carencia fomenta fenómenos de violencia juvenil e inseguridad en los barrios, e incrementa a futuro la problemática del desempleo. Por lo tanto, el tema educativo cobra especial importancia dentro de esta problemática general a la que se enfrenta la ciudad, y su atención resulta prioritaria. A partir de esto se busca resolver desde la arquitectura y siguiendo unos criterios necesarios para la integración cultural y el buen desarrollo educativo, una necesidad urgente de servicios educativos con más prioridad en zonas de conflicto y vulnerabilidad en los barrios periféricos de la ciudad de Bogotá, como es el caso del barrio Caracolí en Ciudad Bolívar. Un barrio de difícil acceso debido a las condiciones topografía y las características del terreno, donde además existe una falta de cobertura de movilidad, infraestructura vial, de equipamientos educativos, de espacio público para la integración y de espacios comunales y culturales, debido a la falta de planificación y de consolidación del sector y del barrio.