Los altos índices de congestión vehicular en las ciudades han llevado a que profesionales de distintas áreas se interesen en planificar de manera íntegra los aspectos relacionados con la movilidad para ofrecer una alternativa que se ajuste al contexto donde se presenta la problemática que inquieta, aqueja y preocupa a muchos, pues las actividades diarias implican un desplazamiento mínimo en la ciudad. La preocupación no se sustenta únicamente en la congestión vial, sino que también se basa en la contaminación atmosférica que se genera por la emisión de gases tóxicos, la polución, los problemas de salud asociados, la accidentalidad vial, entre otras consecuencias que genera los modos de transporte motorizado. Por eso se requiere una solución que reúna las necesidades y los intereses de los múltiples usuarios que hacen uso de la vía y el espacio público.