En una tradición autobiográfica tan pudorosa como la española, donde el género oscila entre la memoria trivial y la memoria desmemoriada, Juan Goytisolo --conocedor de las trampas de artificio del relato-- aparece para enseñamos el rigor de esta empresa manifiesta en la metáfora bélica que el autobiógrafo emplea para referirse al último ajuste de cuentas: "partir en guerracontra sí mismo". La dificultad está en el riesgo de moverse en un "campo de minas", temor que va jaloneando el texto, sin llegar a desaparecer ni en el final del autorrelato, cuando el autor confiesa: "reconstuir el pasado será siempre una forma segura de traicionarlo".