Description
Barichara es un pueblo de Santander, que se ha convertido en Símbolo Nacional, gracias principalmente a la salvaguarda y promoción de la técnica constructiva en tierra. Ha sido promotor de múltiple investigaciones y trabajos sobre esta técnica que por demás representa un alto porcentaje del patrimonio construido de la nación, y que ahora finalmente ha sido incluida en el código de sismo-resistencia. Es escuela y formador de formadores de esta tradición constructiva.
Esta profusión de sus construcciones en tapia pisada le ha imprimido un sello original y una imagen colorida terrosa, particular característica de las arcillas emanadas de su suelo, por eso su gente, los de a pie, los campesinos, los locales, orgullosamente se reconocen como los Patiamarillos.
Esta fama ha trascendido fronteras convirtiéndose en destino turístico nacional e internacional, pero también en lugar apetecido por extranjeros que no solo la visitan, sino que han decidido establecer allí su residencia y sus negocios, principalmente de oferta de servicios turísticos y gastronomía internacional.
Todo este contexto que parece favorable conlleva otros efectos paralelos, pues la fama de la tierra ha invisibilizado las demás expresiones culturales de los Patiamarillos, al punto que conseguir comida autóctona hoy casi es un reto en el lugar y toca buscarla en otros municipios o en locales bogotanos. Las hormigas culonas, la arepa santandereana, el cabrito asado, la pepitoria, el masato, la chicha de maíz, los dulces, el fique y el tabaco entre otros, que identificaban la producción en este territorio hoy está limitado a un pequeño y alienado sector, donde permanecen casi con resistencia algunos locales que en espacios improvisados mantienen su producción autóctona, en precarias condiciones. No es distinto para el desarrollo de espacios para la música y danza que donde el tiple, el requinto, la bandola que dan vida a las guabinas y torbellinos, se ven cada vez mas opacados. De la misma manera los espacios de promoción cultural como es la emisora local de radio y tv no se pueden desarrollar adecuadamente por la falta de infraestructura para su realización. Y el tabaco motor de desarrollo de una época, desapareció del todo. Solo se conserva el conjunto de bodegas donde se producía y en medio de su resiliencia alberga hoy, y espacios que se adecuan ocasionalmente para eventos culturales y proyecciones de cine, algunos cultivos de muestras botánicas y producción de papel y fique.
Es allí donde surge la oportunidad de rescatar el edificio, aprovechar su vocación incipiente pero actual, y potenciarlo para albergar allí con espacios adecuados y de manera integral estas actividades culturales huérfanas, convirtiéndose en un Centro para la Promoción y Desarrollo de las expresiones artísticas de los Pati-amarillos.
Se recurre así al proceso de Reconocimiento y Valoración del edifico y su consecuente propuesta de adecuación funcional.