Desde la narrativa de las víctimas de las dinámicas violentas en Colombia, toma fuerza un pasado que se merece vivo por la potencia de sus frutos. La memoria juega como lente sustancial en la tarea del esclarecimiento histórico, que pesa por su carácter imperativo en la vida de quienes han tenido interacción directa con la violencia. Así, subyace una decisión deliberada por recordar un pasado que se extiende hacia el futuro. La memoria, como se sabe, ha gozado de herramientas diversas que a través de la historia han interactuado entre sí, principalmente la oralidad y la escritura, desde las cuales encuentra un lugar la música. Si bien los pueblos, comunidades y movimientos recurren a la música como herramienta para construir la memoria de lo olvidado, tras una revisión al estado del arte sobre el tema, se puede intuir que apenas empieza a tomar fuerza desde la Ciencia Política, lo que supone una motivación al análisis de la reivindicación de la historia desde la música, en su relación con la construcción de memoria y por ende, de identidad, en tanto es en la reivindicación de la historia que se encuentra el mejor diagnóstico de los problemas y situaciones que demandan presencia y acciones particulares desde el Estado.