Los Conflictos humanos necesitan un proceso interior para resolverse. Ante esta necesidad proponemos la espiritualidad ignaciana como una herramienta que nos ayude a poder procesarlos y a través del discernimiento tratar de clarificarlos y si es posible resolverlos. La propuesta es pensar en la espiritualidad ignaciana como herramienta y ayuda en los procesos de resiliencia que todos los seres humanos necesitamos para sobrellevarlos.